Discurso: Redes Sociales
Héctor Téllez
Muy buen día compañeros,
gracias por estar aquí. El día de hoy quisiera abordar un tema que a todos nos
interesa y, de cierta manera, nos afecta. Podrán o no estar de acuerdo conmigo,
pero eso se los dejaré a su mejor opinión.
En el 2005, un chico de la universidad
de Harvard tuvo la grandiosa idea de crear una de las plataformas sociales más
populares del mundo, Facebook. Y desde entonces, las redes sociales tuvieron un
gran salto para la humanidad, pero un pequeño paso para la sociedad. Desde su
creación, otras miles y miles y miles de redes sociales empezaron a surgir como
una pequeña plaga que poco a poco comenzaría a acabar con la interacción
humana. Nos venden la idea de estar más conectados, de sentir a la otra persona
con la que platicas, como si estuviera a
tu lado, cuando en realidad lo que haces es hablarle a una máquina. ¿Cuántos de
ustedes no han tenido algún conflicto o malentendido por Whatsapp o algún otro
chat?
Quiero que entiendan, que no
estoy satanizando a las redes sociales ni mucho menos. Sí, son útiles y hasta a
veces necesarias. Pero, ¿en realidad son necesarias cuando tienes a 500 amigos
en Facebook y sólo hablas con 10 de ellos? ¿O en realidad es necesario ir
caminando por la calle y seguir las instrucciones de tu Smartphone para llegar
a tu restaurante preferido en lugar de crear una pequeña interacción humana con
otra persona y dar a cambio un caluroso y afectivo “gracias”?
Todo es una ilusión. La
compañía, las charlas en grupo, los mensajes de hola y adiós … sin embargo,
cuando dejamos a un lado este dispositivo de ilusión, nos despertamos en un
mundo de confusión. Nos hemos convertido en esclavos de la tecnología que
dominamos. Somos felices cuando compartimos algo con los demás, ¿pero es lo
mismo si nadie está ahí y sólo recibimos unos cuantos likes?
Los niños de hoy en día,
nacen con la tecnología, pero no se dan cuenta de ello hasta que nos ven estar
horas sin soltar un aparato en el que deslizamos, damos click y seguimos
deslizando. Al final, los niños pensarán que esa es la forma correcta de
vivir.
Cuando se empiecen a sentir
solos al caminar entre el público, deténganse, miren a su alrededor, se darán
cuenta de la cantidad de personas que intentan compartir su historia con otra
persona.
Vivimos en una sociedad de
teléfonos inteligentes y gente tonta. Levanten la mirada, vean el mundo que los
rodea, no pierdan las oportunidades que la vida les dará y no sus Smartphones.
Carpe Diem, aprovechen el día. Aprovechen el momento en el que compartes algo
con esa persona especial y no tuviste que compartirlo con la demás gente porque
sólo querías compartirlo esta persona. Aprovechen el momento al estar en un
futuro, mirar al pasado y revisar todo lo que has hecho, sólo por darle
atención a la vida y no mirar abajo a un invento.
Tenemos los días contados,
cada día se nos obsequian 86400 pesos de la vida, no los malgasten para estar
atrapados en una red, no se arrepientan de haber malgastado esos segundos.
Yo también he sido víctima
de esta máquina. Pero desde ahora prefiero darle a la gente mi amor, a darles
un “like”. Vivan la vida de una forma real.
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