El problema más grave que a
muchos mexicanos nos afecta, aparte del crimen organizado y la corrupción, es
la falta de ética. En la escuela a la mayoría nos enseñaron cómo ser un buen
ciudadano, ¿qué pasó con esas “clases”?
El paso peatonal se ha
convertido en un tope, literal en un tope… sólo frenas si lo ves. Y si no, pues
que se friegue el peatón. Pero también el peatón debe de respetar. Tiene que
aprender que existen espacios exclusivamente asignados para ellos para pasar la
calle. Es increíble que en pleno Periférico, existan los famosos puentes
peatonales, y todavía haya personas que se atraviesan el periférico poniendo en
riesgo su vida y la de los conductores que pueden dar el volantazo para evitar
atropellar al peatón y puedan terminar estrellándose contra un muro de
contención. El conductor debe respetar al peatón así como el peatón debe
respetar al conductor. O también el famosísimo caso donde no falta el gandaya
que se mete en la fila del banco o el cine o donde sea, valiéndole madres que
haya otras personas esperando más tiempo que él. Personas que educadamente se
formaron en la fila y han estado ahí más de dos o tres horas para esperar su
turno. Pero muchas veces, no le decimos nada a estos naquetes que se meten en
la fila y al final terminan haciendo de las suyas. Hay que levantar la voz y
actuar y no sólo quejarse.
Hoy en día, el mexicano
tiene la mala costumbre de sólo quejarse y no hacer nada al respecto. Nos
quejamos de la corrupción, de la delincuencia, del narcotráfico… Pero sólo nos
quejamos.
Habrá muchos que dirán:
“Pero, ¿yo qué puedo hacer contra la delincuencia y el narcotráfico? Eso es
cosa del gobierno.” En parte tienen razón, pues el gobierno es el responsable
de nuestra seguridad. Pero existe el otro lado de la moneda. Es el lado donde
nosotros, como buenos ciudadanos, respetamos las leyes, no cometemos actos
ilícitos, no compramos droga o transportamos droga, no le damos al policía que
nos detuvo una pequeña “cooperación” para su chesco, afrontamos las
consecuencias de nuestros actos y punto. Trabajamos dignamente para ganar
dinero de forma digna y no ganamos dinero a cuesta de hacerle daño a otra
persona.
Somos más los que queremos
un cambio en México, pero ni Andrés
Manuel, ni Peña Nieto, ni Josefina y ni Quadri, podrán hacer el cambio
si primero no cambiamos nosotros.
Existen las personas que se
quejan de la corrupción, pero son los primeros en dar dinero a cambio de que no
los multen. Existen personas que se quejan de la falta de ética en este país,
pero son los primeros en estacionarse en un lugar para
discapacitados o se
estacionan en lugares prohibidos. Hay personas que se quejan del machismo en
este país, cuando en el metro no se pueden levantar de su asiento para que
ceder su lugar a una mujer embarazada. Hay personas que se quejan del
desempleo, cuando estas personas ni se esfuerzan por conseguir un trabajo. El
que busca encuentra. Pero existe otro tipo de personas. Esas personas que se
pasan un alto y pagan su multa. Esas personas que, aunque no haya lugar en un
estacionamiento, se esperan a que haya un lugar y no se estacionan en un lugar
para discapacitados. Esas personas que se levantan de su lugar para ceder su
asiento a una mujer o a una persona de tercera edad. Esas personas que se
esfuerzan por conseguir un empleo y llevar el pan a la casa y pagar la escuela
de sus hijos. Esas personas deben de abundar en este país. Sólo así
conseguiremos un cambio en este país que se está cayendo a pedazos.
También sé perfectamente de
la situación que está viviendo el norte del país. Donde no queda otra opción
que entrarle al narcotráfico o a la delincuencia para conseguir algo de dinero.
Hay bastantes personas que
venden droga, matan o torturan sólo para conseguir la paupérrima cantidad de tres
mil pesos. Sólo por tres mil pesos una persona se puede convertir en un
delincuente, y hay casos donde hasta por quinientos pesos, matan.
Nuestro país está sufriendo,
está desangrándose. Pero todavía se puede cambiar eso. Nosotros, en mi caso,
como estudiantes, tenemos la obligación de ir a la escuela y prepararnos para
ayudar a nuestro país, ya sea de arquitecto, ingeniero, doctor, policía, contador
público, diseñador de interiores. Todos aportamos nuestro granito de arena,
TODOS.